Blogia

Si lloras por no ver el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas

FABULA DEL AMOR Y LA LOCURA

FABULA DEL AMOR Y LA LOCURA

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades del hombre. Cuando el aburrimiento había bostezado por primera vez; la locura como siempre propuso.
- Vamos a jugar a los escondidos?
La intriga levantó la ceja intrigada y la curiosidad sin poder contenerse pregunto:
¿Y como es eso?
Es el juego - Explico la locura - en que yo me tapo la cara y cuento hasta 1000 y el primero de ustedes que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego.
El entusiasmo bailo entusiasmado secundado por la euforia. La alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda e incluso a la apatía a la que nunca le interesaba nada. Pero todos quisieron participar.
La verdad, prefirió no esconderse ¿Para qué? Si al final siempre la hallaban, y la soberbia opinó que era un juego tonto (En el fondo le molestaba que no hubiera salido de ella) y la cobardía prefirió no arriesgarse.
1, 2, 3 comenzó a contar
La primera en esconderse fue la pereza que como siempre se dejo caer tras las piedras del camino.
La fe subió al cielo y la envidia se escondió tras el triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir al árbol mas alto.
La generosidad casi no alcanzaba lugar para esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. Así termino por acurrucarse en un rallito de sol.
El egoísmo en cambio encontró un sitio muy bueno desde el principio: aireado, cómodo, pero sólo para él. La mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arcoiris) y la pasión y el deseo en el centro de los volcanes.
El olvido... se me olvidó donde se escondió el olvido.
Cuando la locura contaba 999 el amor no había encontrado aún un sitio donde esconderse entre las flores.
1000 contó la locura y comenzó a buscar.
La primera fue la pereza a solo tres pasos detrás de una piedra, después se escuchó a la fe discutiendo con dios en el cielo sobre zoología y a la pasión y al deseo los sintió vibrar en los volcanes.
En un descuido encontró a la envidia y claro, pudo deducir donde estaba el triunfo.
Al egoísmo no tuvo ni que buscarlo el solo salió disparado de su escondite que resultó ser un nido de avispas.
De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago halló la belleza, con la duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidirse en que lado esconderse.
Así fue hallando a todos.
Al talento entre las hierbas frescas, a la angustia en una oscura cueva, a la mentira detrás del arcoiris (mentira, la encontró en el fondo del mar). Hasta el olvido había olvidado que estaba jugando a los escondidos.
Pero solo el amor no aparecía por ningún sitio, la locura lo buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y cuando iba a darse por vencida divisó un rosal y pensó:
El amor como siempre tan cursi seguro que se escondió entre las rosas.
Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escucho.
Las espinas habían herido los ojos del amor.
La locura no sabía que hacer para disculparse, lloró, rogó, imploró, suplicó, pidió perdón y hasta juró ser su lazarillo.
Y entonces.
Desde que por primera vez se jugó en la tierra a los escondidos:
El amor es ciego y la locura lo acompaña.

Perdon por mi ausencia pero estuve fuera y muy ocupado, espero que os guste esta fabula que a mi siempre me encanto!

Prejuicios

Prejuicios

Eso si que no es ningun cuento. Las dificultades y los problemas ya llegan sin que nadie les llame.
Se nos nota desde lejos.... No es que seamos malos, muchas veces ni lo podemos evitar.
Cuántas veces habremos estado en el caso de que alguien hable de nosotros sin conocernos, con que nos lleguen con chismes e invenciones?Algunas veces les habremos hecho caso, otras no, según el interés de cada cual y de la persona que venga.
Me gustaria poner una pequeña fábula para que cada cual saque sus propias conclusiones, pues el hablar de una persona sin conocerla puede hacer mucho daño a la misma.

Las tres rejas
-El joven discípulo de un sabio filósofo llega a casa de éste y le dice:
Oye, maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia...
-¡Espera! -lo interrumpe el filósofo-. ¿Ya has hecho pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
-¿Las tres rejas?
-Sí. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
-No. Lo oí comentar a unos vecinos.
-Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?
-No, en realidad no. Al contrario...
-¡Ah, vaya!
-La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
-A decir verdad, no.
-Entonces -dijo el sabio sonriendo-, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, enterrémoslo en el olvido.

Muchas veces no nos deberiamos dejar guiar por el SE DICE...

Recuerdos...

Recuerdos...

Cuántas veces hemos querido retener a personas o momentos que han sido importantes en nuestra vida?
Cuántas veces nos hemos dado cuenta de lo que tenemos hasta que lo hemos perdido?
Cuántas veces hubieramos querido dar marcha atrás al reloj para poder saborear una vez más ese momento con la persona querida?
Cuántas veces hemos pensado y pensado en épocas mejores?

Pero lo más interesante es cuando la vida te da esa segunda oportunidad y de repente vuelve a tu vida esa persona que tanto has echado de menos y en la que tanto has pensado. Ahí verdaderamente es cuando empieza el dilema.

Siempre he pensado que las cosas pasadas hay que dejarlas ahi, donde pertenecen, volver atrás es una forma de no avanzar hacia los logros de cada uno, hacia ese futuro que todos pretendemos alcanzar algún dia.
Hoy fui fuerte, no caí en mi propio pasado, pues quiero recordarlo tal y como fue, una parte más de mi vida pero que no me dejaría avanzar hacia mi propia felicidad.

En la vida siempre hay que mirar hacia delante, no se puede vivir de los recuerdos, pues los recuerdos, recuerdos son.

Cómo se mide la vida...

La Vida no se mide anotando puntos, como en un juego.
La vida no se mide por el número de amigos que tienes, ni por cómo te aceptan los otros.

No se mide según los planes que tienes para el fin de semana o por si te puedas en casa sólo.
No se mide según con quién sales, con quién solías salir, ni por el número de personas con quienes has salido, ni por si no has salido nunca con nadie.

No se mide por las personas que has besado.
No se mide por la fama de tu familia, por el dinero que tienes, por la marca de coche que manejas, ni por el lugar donde estudias o trabajas.

No se mide ni por lo guapo ni por lo feo que eres, por la marca de ropa que llevas, ni por los zapatos, ni por el tipo que música que te gusta.
La vida, simplemente, no es nada de eso...

La vida se mide según a quién amas y según a quién dañas.

Se mide según la felicidad o la tristeza que proporcionas a otros.
Se mide por los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas.

Se trata de la amistad, la cual puede usarse como algo sagrado o como un arma.
Se trata de lo que se dice y lo que se hace y lo que se quiere decir o hacer, sea dañino o benéfico.

Se trata de los juicios que formulas, por qué los formulas y a quién o contra quién los comentas.
Se trata de a quién no le haces caso o ignoras adrede.
Se trata de los celos, del miedo, de la ignorancia y de la venganza.

Se trata del amor, el respeto o el odio que llevas dentro de ti, de cómo lo cultivas y de cómo lo riegas.
Pero por la mayor parte, se trata de sí usas la vida para alimentar el corazón de otros.

Tú y solo tú escoges la manera en que vas a afectar a otros y esas decisiones son de lo que se trata la vida.
Hacer un amigo es una gracia.
Tener un amigo es un don.
Conservar un amigo es una virtud.
Ser un amigo es un honor y un privilegio.

Dedicado a mis amigos.

Lo que la vida me ha enseñado

La vida me ha enseñado que, sin importar lo buena que sea una persona, ella te va a herir de vez en cuando, y tú habrás de perdonarla. Que lleva años ganar la confianza de alguien, y unos pocos segundos destruirla. Que no tendremos que cambiar de amigos si comprendemos que los amigos cambian. Que las circunstancias y el ambiente tienen influencia sobre nosotros, pero que nosotros somos responsables de nosotros mismos. Que o tú controlas tus actos, o ellos te controlan a tí.

Aprendí que héroes son aquellas personas que hacen lo que tienen que hacer, y saben enfrentar las consecuencias. Que la paciencia requiere de mucha práctica. Que existen personas que nos aman, pero que sencillamente no saben cómo demostrarlo. Que algunas veces la persona que crees te va a dar el golpe de gracia cuando estés caído, será una de las pocas que te ayuden a ponerte de pie. Que sólo porque una persona no te ama como tú quieres, no significa que no te ama lo mejor que puede. Que nunca se debe decir a un niño que los sueños son tonterías: sería una tragedia que creyeran tal cosa.

Que no siempre basta con que otros nos perdonen. La mayoría de las veces tenemos que perdonarnos a nosotros mismos. Que no importa en cuántos pedazos se nos haya roto el corazón; el mundo no se detiene a esperar que lo compongamos